Una parte muy importante de la medicina natural es la alimentación sana, es por eso que es muy importante saber elegir nuestros alimentos, especialmente si estos nos pueden ayudar a prevenir y tratar ciertas enfermedades.

El alimento funcional posee componentes o contiene ingredientes para los cuales se han observado atributos de salud ej., antioxidantes, prebióticos, probióticos, omega-3, etc.; por lo que podrían aportar un beneficio a los consumidores en relación a su composición (1).

alimentos funcionales

EL ORIGEN DE LOS ALIMENTOS FUNCIONALES EN JAPÓN

El rápido desarrollo económico que siguió a la post-guerra en Japón incrementó notoriamente la calidad de vida de la población, situación que se reflejó en un aumento considerable de la expectativa de vida y en un mayor envejecimiento de sus habitantes. Como ya es conocido, en este país, al igual que en occidente, se produjo un aumento considerable de la patologías crónicas no transmisibles (cardiovasculares, diabetes, hipertensión, osteoporosis, cáncer, y en los últimos años, obesidad) (2). Esta situación, que origina un alto costo para los sistemas de salud, motivó al gobierno japonés a promover el desarrollo de un sistema de alimentación, o más bien de alimentos que provean un real beneficio de salud a los consumidores, más allá del efecto nutricional de estos. Es así como surgieron en este país los llamados “alimentos funcionales”.

El término alimentos funcionales surgió en Japón por primera vez en la década de los años ’80, cuando se iniciaron una serie de investigaciones, enmarcadas en un gran proyecto de gobierno, cuyo propósito fue conocer otras funciones de los alimentos, además de la principal función nutritiva (4). Este proyecto definió por primera vez el concepto de alimento funcional. En general se define que los alimentos deben tener tres funciones: la primera es “nutricional”, esencial para la supervivencia del individuo. La segunda es una función “sensorial”, esto es que su consumo produzca una sensación placentera a partir de su sabor, olor, textura, entre otras. La tercera es una función “fisiológica” con lo cual el alimento debe producir un efecto favorable en la nutrición, el biorritmo, el sistema nervioso, en la capacidad de defensa corporal, entre otras, de quien lo consume. En el concepto japonés, los alimentos funcionales deberían enmarcarse precisamente en esta última función (2).

Como consecuencia del interés surgido por esa nueva ciencia, fue en 1987 que los alimentos funcionales tuvieron reconocimiento legal por parte del Ministerio de Salud, del Trabajo y de Bienestar de Japón. Ese mismo año, el mercado de alimentos japonés se llenó de “alimentos funcionales” de todo tipo, utilizando muchos lo novedoso del concepto pero sin serlos, lo que impulsó el nacimiento, en 1988, del “Kinousei Shokuhin Konwakai” o “Grupo que discute sobre los alimentos funcionales “, una instancia reglamentaria que incluyó en los grupos de discusión a la academia, los reguladores y a la industria de alimentos, algo inédito en aquella época en los países occidentales. Este grupo tenía el objetivo de decidir qué alimentos realmente podían clasificarse como “funcionales”. Fue entonces cuando se empezó a regular especialmente la información contenida en las etiquetas de los alimentos.

En 1989 se publicó un informe sobre los alimentos considerados “Funcionales”, el que se convirtió en la base del presente ‘Tokuho” o ‘Eood for Specified Health Use”, más conocido actualmente por su abreviatura FOSHU (1991), en español “Alimentos para usos específicos en salud”. Este reglamento, aún vigente, regula la comercialización y el etiquetado de algunos alimentos de consumo común en Japón que contienen componentes nutricionales con una función favorable y concreta en la fisiología y salud del organismo humano y que va más allá de su contenido nutricional (3).

 

 

objetivos alimentos funcionales

 

Uso específico en salud 
Ingredientes que presentan funciones en salud 
 Alimentos para modificar condiciones gastrointestinales Oligosacáridos. bifidobacterias, ácido láctico, fibra dietaria, dextrina no digerible, polidextrol, goma guar, etc 
 Alimentos relacionados con el colesterol en la sangre  Quitosanos, proteína poroto soya, alginato de sodio degradado, etc
 Alimentos relacionados con el nivel de azúcar en la sangre  Dextrina no digerible, albúmina de trigo, polifenoles del té, polifenoles de guayaba, L-arabiosa, etc
 Alimentos relacionados con la presión de la sangre  Lactotripéptidos, dodecapéptido de caseína, glicósido de hoja de tochu (ácido geniposídico), péptidos de degradación de sardina
 Alimentos relacionados con la higiene dental  Paratinosa, maltitiosa, xilitol, eritrol.
 Colesterol más condiciones gastrointestinales, triglicéridos más colesterol.  Alginado de sodio degradado, fibra dietaria a partir de semilla de psyllium
 Alimentos relacionados con la absorción de minerales  Calcium citrato malato, fosfopéptidos de caseína, fructooligosacáridos.
 Alimentos relacionados con la osteogénesis  Isoflavona de soya, proteína básica de la leche.
 Alimentos relacionados con los triglicéridos  Ácidos grasos de cadena media y corta, ácidos grasos hidroxilados.

 

Bibliografía

1. LA EXPERIENCIA JAPONESA CON LOS ALIMENTOS FOSHU ¿LOS VERDADEROS ALIMENTOS FUNCIONALES?, Rodrigo Durán C. , Alfonso Valenzuela B. ;Rev Chil Nutr Vol. 37, N°2, Junio 2010, págs: 224-233

2. Yamada K, Sato-Mito N, Nagata J, Umegaki K. Health claim evidence requirements in Japan. J Nutr 2008; 138: 1192S-1198S.        

3. Saito M. Role of FOSHU (Food for Specified Health Uses) for healthier life. Pharmac Soc Japan 2007; 127: 407-416.

4. Patel D, Dufou Y, Domigan N. Functional food and nutraceutical registration in Japan and China: a diffusion of innovative perspective. J Pharm Pharm Sci 2008; 11: 1-11. 

 

 

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